Basura quemada

Hay días donde cae un peso extraño sobre los hombros. Son todos los días acumulados iguales. Se acercan los aniversarios y empezamos a recordar la época de bailar y tomar éxtasis. Los días previos al estallido.

Julio se me ha hecho largo y tratar de respetar el orden de los días y de las horas no es tan simple. De hecho, no es simple. Hay días en los que pienso que mi vida no cambiará tanto, que el futuro no será distinto.

Es que hay días en que las horas no pasan y aun así me veo de noche con mucho por hacer.

Hay días, como hoy, en los que me desespero y tengo ganas de curarme, pero mañana tengo que trabajar. Es que todos los problemas son tan grandes y lo mejor que puedo hacer es mandar un sticker y escribir «ánimo».

¿Cuántos años faltan para que la vida vuelva a ser simple, lo sabemos? ¿Estaré viva y de qué forma? La juventud se fuga y yo soy de esas mujeres que sufren cuando dicen su edad.

Mi cuerpo bombea sangre a los dramas, y sé que tú me entenderías, amigo de sueños anarquistas que tanta falta me hace en estos días todos iguales.

A veces me dan ganas de iniciar un fuego. Ya no soy tan joven y se pierde una vida cada vez que se empieza de nuevo. No me digas que yo escapo porque me voy a ir.

¿Cuánto tiempo ha pasado y cuántas cosas han pasado en todo este tiempo? Siempre aspiré a encontrar la felicidad. Y ahora, que sé que la felicidad no existe, no sé qué querer. Justicia social, una vida digna, el fin de todas las formas de violencia contra las mujeres. ¿Te das cuenta? Tengo palabras gigantes en la boca.

Irme, irme, y estar con el corazón abierto. Crecer aún más en objetos ajenos. Siento nueva sangre, ¿te acuerdas de esa tarde en el puente cuando te dije que me quedaba solo un hilito? Pues ahora tengo un corazón nuevo.

Está de pie junto al fuego porque estoy segura: el futuro es la guerra y la gente como yo es la enemiga. Yo y quienes más quiero. Todas y todos mis amores.

Ya pasó la etapa de cumplir los sueños, quizá porque aquí en Chile no se puede soñar. Veo basura ardiendo desde mi ventana. Una quemadura con forma de reja en mi mano, ¿es el futuro? ¿haré la guerrilla, o todo se trata de seguir tomando vino y comiendo fruta?

Se quema mi ventana y vago en la memoria por las mismas calles por las que caminamos cuando fuimos verdaderamente jóvenes.